Palabras claves:

Tuberculosis; Infecciones; Modificaciones genéticas; Resistencia bacteriana.

Las superbacterias: microorganismos peligrosos que han desarrollado resistencia a diversos antibióticos, convirtiéndolas en una de las mayores amenazas para la salud pública del siglo XXI. Se estima que en el 2019 las superbacterias fueron responsables de un millón 270 mil muertes a nivel mundial. En 2021, se registraron en México más de tres millones de casos de infecciones resistentes a fármacos, los cuales causaron alrededor de 48 mil muertes. Ese mismo año, en el país, los servicios de salud reportaron tres millones 800 mil atenciones en urgencias y más de 39 millones 500 mil consultas externas relacionadas con enfermedades infecciosas o parasitarias.

Durante casi un siglo, los antibióticos —medicamentos diseñados para combatir bacterias— han sido fundamentales para tratar numerosas infecciones. Desde el descubrimiento de la penicilina se demostró que se podía inhibir el crecimiento de las bacterias y la industria de los antibióticos se instauro. No obstante, en las últimas décadas su efectividad ha disminuido frente a un amplio espectro de bacterias, al punto de que algunas se han vuelto completamente resistentes a los tratamientos disponibles actualmente.

La forma en que algunas personas han utilizado los antibióticos ha sido inadecuada y esto está contribuyendo a crear nuevas superbacterias que son resistentes a los antibióticos con las que antes se podían combatir.

Los antibióticos son un tratamiento eficaz contra infecciones bacterianas tales como infecciones de garganta y algunos tipos de neumonía, infecciones diarreicas y de oído. Además de ser utilizados en personas, estos también son administrados al ganado bovino como prevención de enfermedades. No obstante, estos medicamentos no tienen una función contra los virus, tales como el virus de la gripe.

Desafortunadamente, los antibióticos que tiene como finalidad atacar los microorganismos patógenos en las personas y animales se han prescrito algunas veces en circunstancias no necesarias o bien las personas no se apegan al tratamiento médico. Y su abuso y mal uso ha contribuido a crear bacterias resistentes a medicamentos. La resistencia a fármacos ha sido reconocida como uno de los principales problemas a nivel mundial del siglo XXI.

En un entorno natural, las bacterias están en constante competencia por los recursos del entorno. Bajo la búsqueda de la supervivencia, los competidores han desarrollado, compartido y robado mecanismos de resistencia a varios antibióticos. La resistencia bacteriana a los medicamentos se desarrolla como un mecanismo de protección, esta resistencia es el cambio de las bacterias que les permite escapar de la acción de los antibióticos.

Las bacterias se vuelven resistentes a antibióticos a partir de diferentes métodos:

Mutaciones genéticas que ocurren en el ADN de una bacteria (la frecuencia con la que se acumulan cambios con el tiempo).

Cambios en las propiedades y permeabilidad de la membrana que las recubre como protección.

Sistema de auto-reparación que manipula la membrana.

Existen muchas adaptaciones que las bacterias pueden realizar para su supervivencia, estos cambios adaptativos pueden ocurrir después de la exposición de estas a los antibióticos, dichos cambios son heredados a las siguientes generaciones.

Las variantes resistentes a los antibióticos de los agentes causantes de la tuberculosis, la gonorrea y las infecciones por estafilococos representan una seria amenaza para la salud pública.

La tuberculosis (TB) es una enfermedad bacteriana que en ciertos casos puede ser resistente al tratamiento médico, en estos escenarios se clasificarían como superbacterias. La tuberculosis resistente a fármacos es aquella que no se puede eliminar con al menos uno de los medicamentos más eficaces contra esta enfermedad.

La tuberculosis puede ser clasificada de diferentes maneras de acuerdo con su nivel de resistencia:

Tuberculosis resistente: se trata de aquellas cepas que sólo son resistentes   a un fármaco clasificado como antibiótico de primera línea, como la rifampicina o la isoniazida que son los más utilizados.

Tuberculosis multirresistente: estas cepas son resistente al menos a dos fármacos de primera línea la rifampicina más isoniazida.

Tuberculosis extremadamente resistente:  estas cepas presentan resistencia a rifampicina, isoniazida, una fluoroquinolona y al menos un medicamento inyectable de segunda línea. Cuando nos encontramos con este tipo de cepas nos enfrentamos a un gran reto, pues ya no hay medicamentos que puedan ayudarnos a combatir a la enfermedad.

La tuberculosis es actualmente la enfermedad infecciosa más mortal a nivel global, superando al VIH y la malaria. Aunque su incidencia disminuye apenas un 2% por año, lo que proyecta su eliminación en aproximadamente dos siglos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha fijado como meta erradicarla para el año 2030. Parte del problema es que las herramientas de control de la TB son insuficientes para acelerar su eliminación. Por lo tanto, son necesarios nuevos métodos en el campo de diagnóstico, tratamiento y prevención. La secuenciación genómica es el paso inicial para en un futuro poder llegar a la erradicación de la tuberculosis. La secuenciación genómica es utilizada para obtener información sobre todos los genes de tuberculosis o algún tipo de célula. Se ha demostrado que esta herramienta tiene gran utilidad, pues ayuda a los epidemiólogos a entender la propagación, la resistencia a fármacos, entre otros.

Si los antibióticos son utilizados de forma correcta, ayudan a combatir bacterias. Sin embargo, cuando una persona toma un antibiótico y tiene una infección viral como la gripe, el medicamento no tendrá un efecto directo contra los virus causantes de la enfermedad, como se mencionó anteriormente. Trayendo como consecuencia que una amplia variedad de bacterias “benéficas” que habitan en el cuerpo sean destruidas, estas bacterias nos ayudan a digerir alimentos, combatir infecciones y mantener la salud. No todas las bacterias se ven afectadas, aquellas que son los suficientemente fuertes como para sobrevivir al medicamento tendrán la oportunidad de crecer y volver a multiplicarse. Estas cepas resistentes a medicamentos pueden transmitirse a otras personas.

Cada uno de nosotros puede contribuir a detener la propagación de bacterias resistentes a los medicamentos utilizando los antibióticos con responsabilidad y únicamente cuando realmente se requieran. No automedicarse e ir a consulta médica cuando se presente una enfermedad.

Se agradece a la Secihti el apoyo a través del proyecto de la convocatoria Ciencia Básica y de Frontera 2023-2024 titulado: “Secuenciación genómica completa de Mycobacterium tuberculosis multi-farmacoresistente en casos especiales de tratamiento farmacológico complejo” CBF2023-2024-729