IBT. Luz Aurora Ramirez Ronzon (estudiante de la Maestría en Innovación Biomédica, CIATEJ)
M. C. Marco Kú Centurión (estudiante del Doctorado en Innovación Biomédica, CIATEJ)
Dr. Zesergio Melo (Investigador por México, CIBO, IMSS)
Dr. Pavel Hayl Lugo Fabres (Investigador por México, CIATEJ)
Dr. Tanya A. Camacho Villegas (Investigadora por México, CIATEJ)

En el día Mundial del Riñón que se celebra cada segundo jueves del mes de marzo, en este año tiene el lema de ¨Prepararse para lo inesperado apoyando a los vulnerables" hacemos conciencia sobre la enfermedad renal crónica (ERC), que es una condición silenciosa y progresiva. Se caracteriza por alteraciones persistentes en la estructura y/o función del riñón lo que afecta negativamente la calidad de vida del individuo. Cuando se está desarrollando la ERC, es decir en la primera etapa generalmente no hay síntomas evidentes que apoyen a los médicos para realizar un diagnóstico confiable, en consecuencia, el diagnóstico de la ERC comúnmente es tardío, cuando el daño ocasionado al riñón suele ser irreversible. De acuerdo con las guías internacionales actuales, la ERC se define por la disminución en la función renal caracterizada por una tasa de filtración glomerular menor a 60 mL/min por 1.73 m³. Aunque también se puede definir con base en marcadores de daño renal, por ejemplo, la albuminaria (que implica la presencia de la proteína albúmina en la orina) y la hematuria (presencia de sangre en la orina). Estos marcadores pueden estar presentes por al menos 3 meses para que sea diagnosticada. La ERC se divide en 5 etapas cuya progresión puede tomar meses o incluso años. En la última etapa (etapa 5), el riñón es incapaz de mantener al paciente vivo, por lo que la única alternativa es una terapia de reemplazo, como el trasplante de órgano o la hemodiálisis. Ambas opciones se consideran terapias de sustitución e implican cirugías, además existe la posibilidad de rechazo de trasplante o que la hemodiálisis deje de ser efectiva, llevando a la muerte del paciente.

Las causas que originan el desarrollo de la ERC son variadas y se deben, en su mayoría, al mal manejo de enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la obesidad. Adicionalmente, el consumo inadecuado de medicamentos y la medicina herbolaria en dosis nefrotóxicas son una causa importante de ERC en comunidades rurales. Los factores ambientales como la contaminación del agua por metales pesados y la contaminación del suelo por compuestos orgánicos también contribuyen a la prevalencia de esta enfermedad. Finalmente, los antecedentes familiares, una dieta alta en sal y azúcares, la edad avanzada e infecciones por microorganismos aumentan de manera significativa el riesgo de padecer ERC. En conjunto con lo anterior, la población de bajos ingresos es más afectada por la ERC, debido al bajo ingreso económico disminuye la calidad de la dieta y hace inaccesible cubrir gastos requeridos en los tratamientos de esta enfermedad.

A nivel mundial, aproximadamente el 10% de los adultos son afectados por alguna forma de ERC. Además, se estima que para 2040 la ERC se convertirá en la quinta causa de muerte a nivel mundial. En México, se ha estimado una prevalencia del 12.2 % y una tasa de mortalidad de 51 personas por cada 100 mil habitantes para el año del 2022. El Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) reportó en enero del año pasado a más de 20 mil personas en lista de espera para recibir un órgano, de las cuales el 75% esperaba recibir un riñón. No obstante, en el IMSS se realizaron sólo 1,284 trasplantes de riñón en todo el año 2022. En el estado de Jalisco, la ERC es la segunda causa de fallecimiento por debajo de enfermedades cardiovasculares. Además, se estima que 500 personas por cada millón de habitantes llegan a una etapa terminal que requiere al menos una terapia de sustitución. En el aspecto económico, en 2020 se destinaron 39 millones de pesos para cubrir las sesiones de hemodiálisis de 270 pacientes atendidos en el Hospital General de Occidente (HGO). Lo anterior indica que diversas acciones deben realizarse para educar a la población en la prevención, pero también, implican acelerar proyectos de investigación donde de forma multidisciplinaria se enfoquen en la terapia y el diagnóstico temprano de esta enfermedad.

El CIATEJ y el CIBO trabajan en colaboración abordando este padecimiento. El Dr. Zesergio Melo (Investigador por México) se centra en la búsqueda de estrategias farmacológicas que permitan preservar la salud del riñón y también emplea modelos animales que permitan determinar los mecanismos de daño renal. En CIATEJ, el enfoque del Dr. Pavel H. Lugo Fabres (Investigador por México) y del doctorante M. C. Marco Kú Centurión, es el diseño de cultivos tridimensionales empleando células renales para emular aspectos importantes de la ERC. En conjunto con la Dra. Tanya A. Camacho Villegas (Investigadora por México) y la IBT. Aurora Ramírez, que se enfocan en el desarrollo de nuevas moléculas inhibidoras de citocinas implicadas en el proceso inflamatorio y progresión de la ERC. En conjunto, con un grupo multidisciplinario se espera incidir en la población vulnerable con una estrategia de tratamiento y diagnóstico temprano que permita disminuir el impacto de la ERC.