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Inocuidad alimentaria Sanidad Vegetal Certificaciones internacionales

Importancia de la calidad de exportación en aceites vegetales

  • 14 abril 2021
  • Por Juan Luis Morales Landa

Subsede Noreste. Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco A. C. Vía de la Innovación 404. Autopista Mty-Aeropuerto Km 10, Parque PIIT. C.P. 66629. Apodaca, Nuevo León, México

jmorales@ciatej.mx

Los aceites vegetales son ingredientes de casi todos los alimentos de alto consumo, ya que contribuyen o modifican el sabor y su consistencia, son ampliamente utilizados para sazonar ensaladas, elaborar aderzos, guisar y freír alimentos en la cocina diaria. Para obtener aceites vegetales comestibles inocuos, es necesario que los frutos o granos oleaginosos sean materias primas de calidad, cuanto al conjunto de atributos necesarios para asegurar y cumplir con la reglamentación fitosanitaria en la huerta y de proceso. En campo, las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), y la implementación del Sistema de Reducción de Riesgos de Contaminación (SRRC), son una serie de procedimientos establecidos por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SAGARPA) para garantizar la inocuidad alimentaria durante el proceso de producción primaria, reduciendo la contaminación física, química y microbiológica en cada cultivo. En México, la certificación del SRRC de alimentos de origen agrícola la emite el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), que junto con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) dan el registro sanitario y los límites máximos de residuos permitidos (LMR) en plaguicidas y nutrientes vegetales; con la ventaja de estar en concordancia con normas de reconocimiento internacional, [CODEX Alimentarios, y los criterios de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO)].

Sin embago, para aceites de exportación es necesario contar con certificaciones internacionales en inocuidad y trazabilidad desde la producción primaria. Un claro ejemplo de ello es la certificación Primus GFS, que es un sistema de auditoría reconocido por la GFSI (Global Food Safety Initiative) en la industria de productos frescos, materias primas, sectores de manufactura de productos hortícolas y granos, con reconocimiento a nivel mundial. Primus se fundamenta prinicpalmente en 7 puntos que se deben cumplir: 1. Un sistema administrativo de la Inocuidad Alimentaria (SAIA); 2. Buenas Prácticas Agrícolas en campo (BPA); 3. Buenas Prácticas Agrícolas en invernadero (BPA); 4. Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en el proceso de cosecha; 5. Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) en selección y empaque; 6. Un sistema de Análisis de Riesgos y de Puntos Críticos de Control (HACCP) en productos transformados y 7. Controles Preventivos (CP).

Otro ejemplo es la certificación GLOBAL G.A.P. para producción agropecuaria, que también cuenta con reconocimiento GFSI, y permite una producción segura y sostenible para beneficio de productores, minoristas y consumidores en todo el mundo, y aborda aspectos de producción de alimentos y de toda la cadena de suministro. En esta certificación se establecen: 1. Inocuidad alimentaria y trazabilidad; 2. Protección de la biodiversidad y medio ambiente; 3. Salud, seguridad y bienestar del trabajador; 4. Cuidado animal y 5. Además del manejo integrado del cultivo [manejo integrado de plagas, sistema de gestión de calidad y el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP) en productos mínimamente procesados]. Por su parte, la regulación y uso de semillas vegetales genéticamente modificados no se restringe, por la ausencia en los efectos secundarios para su consumo. Sin embargo, GLOBAL G.A.P. en el numeral CB 2.3.4 de sus puntos de control y criterios de cumplimiento, considera ¿Si existe un plan para la manipulación y almacenamiento de plantas modificadas?, esto para minimizar ciertos riesgos de contaminación como la mezcla accidental con cultivos no transgénicos, por lo que es necesario su documentación y control. Por otra parte, el uso de plaguicidas que no dejen residualidad al momento de la cosecha deben contar con registro ante la Food and Drug Administration (FDA), y estar en el listado de la United States Environmental Protection Agency (EPA). La implementación de plaguicidas biorracionales a base de ciertos extractos vegetales como de ajo (Allium sativum), Neem (Azadirachta indica), chile (Capsicum sp.), Citronela (Cymbopogon sp.) y otros, muchos de los cuales cuentan con el registro OMRI© (Organic Materials Review Institute) que son aplicados en productos orgánicos; por tanto, el uso de estos plaguicidas disminuye enormemente la contaminación química en los aceites al momento de producción, transformación y exportación.

De acuerdo con la fracción arancelaria 15162001 para grasas y aceites vegetales y sus fracciones emitido por el Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI 4.0-2021); para el año 2020, en México se exportaron más de 20 mil toneladas de aceite vegetal con una ganancia que sobre paso los 25 millones de dólares (US$), esto nos demuestra que contamos con la experiencia en la legislación Mexicana y lineamientos exportación en los atributos de calidad sanitaria en los procesos de producción, extracción, refinamiento y envasado (NMX-F-808-SCFI-2018) en concordancia con normas internacionales (CODEX STAN 210-1999), en sus características sensoriales, y limites máximos de aditivos [Tocoferoles naturales hasta 0.03%; Galato de Propilo (GP) 0.01%; Terbutil Hidroquinona (TBHQ) 0.02%; Butil-hidroxianisol (BHA) 0.01%; Butil-hidroxitolueno (BHT), Palmitato de Ascorbilo o sus combinaciones hasta 0.02%], la Norma Internacional establece como aditivos alimentarios a los aromas naturales, y como antioxidantes al estearato de ascorbilo y tiodipropionato de dilaurilo, los cuales no están permitidos en la Norma Mexicana. En la actualidad, hay en el mercado una importante variedad de aceites, muchos de ellos considerados Gourmet, por sus cualidades nutrimentales y beneficios a la salud para el consumidor. El aumento en la seguridad alimentaria en nuestro país, ha llevado a las empresas transformadoras implementar estándares internacionales de calidad ISO (Organización Internacional de Estándares), sindo la certificación FSCC 22000:2018 que incluye los requisitos de las normas voluntarias y obligatorias de Seguridad Alimentaria, los principios del HACCP para disminuir riesgos en la cadena de suministro e incorpora un enfoque de mejora continua.

Día a día dentro de las actividades del CIATEJ aunado al Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, contamos con el compromiso de contribuir al bienestar social, apoyo directo a los sectores sociales más desprotegidos en transmitir la investigación científica, humanística, tecnológica, de innovación en beneficio de nuestro país.

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