Aceites vegetales en la salud
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19 mayo 2021
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Por Efraín Obregón Solís
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) las 10 principales causas de fallecimiento en el mundo durante el 2019 representan el 55% de los fallecimientos totales (Figura 1). Las causas de defunción pueden agruparse en tres categorías: enfermedades transmisibles (enfermedades infecciosas y parasitarias y afecciones maternas, perinatales y nutricionales), enfermedades no transmisibles (crónicas) y lesiones.
Figura 1
Dentro de este grupo hay causas por las cuales los fallecimientos han disminuido del año 2000 a la fecha y otras causas en los por las que los fallecimientos se han incrementado, de tal modo que las principales causas en las que se ha incrementado el número de fallecimientos son las siguientes:
- La cardiopatía isquémica con un incremento de casi 6,9 millones de fallecimientos a nivel mundial, pasando de mas de 2 millones de defunciones en el 2000 a 8,9 millones en el 2019.
- El cáncer de tráquea, bronquios y pulmón se ha incrementado de 1,2 millones a 1,8 millones.
- La diabetes con un incremento porcentual del 70% desde 2000 a la fecha y se sitúa como la responsable del mayor aumento de muertes de varones entre las 10 causas principales, con un incremento del 80% desde 2000 a la fecha.
- Las enfermedades renales han aumentado, pasando de ser la decimotercera causa de muerte en el mundo a la décima. La mortalidad ha aumentado de 813.000 personas en 2000 a 1,3 millones en 2019.
Con estos antecedentes podemos observar que dentro de este grupo las enfermedades que han tenido un incremento mas significativo en los ultimos años son las enfermedades no transmisibles y dentro de estas las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Por lo que centraremos las aportaciones de los aceites vegetales a la “reduccion del riesgo a la salud” en estas enfermedades.
“Los datos sobre mortalidad pueden ayudar a orientar las actividades y la asignación de recursos entre sectores como el transporte, la alimentación y la agricultura, y el medio ambiente, así como la salud”
¿Qué son los aceites vegetales?
Aceites obtenidos de diversas fuentes vegetales, principalmente semillas oleaginosas ya que dentro de estas existen organelos celulares llamados cuerpos lipidicos y proteicos, los cuales contienen la mayoria del aceite y de las proteinas del grano. Dentro de las principales fuentes o las mas importantes se encuentra la soja, canola, semilla de algodón, maiz, coco, cacahuate, girasol, oliva, palma, mani, colaza, Cartamo y en mucho menor proporción nuez, chía, calabaza, entre otros.
Los aceites vegetales son una fuente importante de energía y nutrientes para el ser humano, constituidos principalmente por triglicéridos que son esteres ácidos grasos con el glicerol, los cuales varían dependiendo de la fuente, dentro de estos acidos grasos existen grupos que son esenciales para el ser humano y estos se clasifican en acidos Omega 3, Omega 6 y Omega 9, dependiendo principalemnte la ruta metabólica de la cual provengan.
¿Cuál es la Importancia de los ácidos grasos en la salud?
Como adelantamos existen grupos de ácidos grasos que son esenciales para el ser humano, varios de ellos no los sintetiza nuestro organismo por lo que tenemos que consumirlo a través de una fuente, en este caso puede ser a través de los aceites vegetales.
Dentro de uno de estos grupos, los ácidos Omega – 3 (w-3), se encuentra el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA); El ácido EPA es básico en la regulación de la funcionalidad cerebral, señal celular y riego sanguíneo neuronal, el desarrollo optimo del cerebro, la vista y la síntesis de las prostaglandinas que son de suma importancia para la memoria, regulación del sueño y retraso en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer 1,2. El DHA es un ácido graso estructural, pues forma parte de las membranas celulares y es también importante para el desarrollo visual durante la gestación y la primera infancia 1.
Dentro del grupo clasificado como ácidos Omega – 6 (w-6), hay que prestar especial atención al ácido gammalinolénico (GLA) y al ácido araquidónico (AA), el GLA es un ácido graso estructural, ya que es un importante componente de la membrana celular, y al igual que el AA son precursores de las prostaglandinas 1.
Actividad Antiinflamatoria
La actividad antiinflamatoria de los ácidos grasos w-3 se explica a través de la síntesis de las prostaglandinas (PG), unas moléculas que juegan un importante papel mediador en el organismo, ya que se sintetizan y se liberan para realizar su efecto inmediatamente 1.
De igual manera es de suma importancia un balance adecuado en las cantidades de EPA y GLA ya que son precursores de las prostaglandinas del tipo 1 y 3 (prostaglandinas antiinflamatorias) ya que sin este balance entre los ácidos grasos w-3 y w-6 aumentará la producción de las prostaglandinas del grupo 2 (PGE2) (prostaglandinas proinflamatorias). Esta reducción en las prostaglandinas antiinflamatorias y el aumento en las proinflamatorias conducen a la aparición de problemas relacionados con enfermedades inflamatorias 1–3.
Algunas enfermedades como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la artritis reumatoide, la osteoartritis y el asma, pueden ser tratadas con ácidos grasos w-3 para reducir su sintomatología, así como conclusiones de algunos estudios reflejan el papel fundamental que juega el consumo de ácidos grasos w-3 en la función pulmonar, ya que protege al pulmón de la aparición de enfermedades inflamatorias y mejora la función pulmonar con la edad 1,3.
Piel, estructura celular
El contenido de ácidos grasos w-3 y w-6 en la dieta, determina la composición de fosfolípidos, componentes esenciales en la matriz estructural de las células y las membranas subcelulares. De esta forma los ácidos grasos que no se oxidan ni se almacenan en el tejido adiposo se incorporan de manera selectiva a las células, desde donde pueden influir de forma directa o indirecta en funciones celulares, como afectar la permeabilidad celular, actividades de transporte y al comportamiento de encimas asociadas a membranas y receptores que controlan la partición de metabolitos y señales entre las células y dentro de ellas, así como la fluidez de las membranas se verá afectada por la cantidad y los tipos de ácidos grasos 1.
Enfermedades Cardiovasculares
El consumo de otras fuentes de aceites con alto contenido ácidos grasos w-3 y w-6, como lo es el aceite de pescado ha generado evidencia de una baja incidencia de enfermedades cardiovasculares y una menor manifestación de enfermedades inflamatorias. La reducción de triglicéridos en sangre debido al consumo de ácidos grasos w-3 es uno de los efectos de con mayor evidencia en humanos y animales. La relación en la dieta de ácidos grasos w-3/w-6 opera como un sensor hepático para la regulación del metabolismo lipídico, responsable de los niveles de lipoproteínas de baja densidad, triglicéridos y lipoproteínas de alta densidad (HDL) 3–5.
Igualmente, el consumo de los frutos secos como maní, nueces y almendras según las conclusiones de Lopez León et al., 2012 se asocia con la disminución del colesterol total y lipoproteínas de baja densidad (LDL colesterol), donde el consumo de nueces dieron un mejor resultado respecto a la disminución del colesterol total y LDL–colesterol en comparación con los demás frutos secos utilizados 6.
De manera general que el consumo de aceite de pescado reduce la ocurrencia de lesiones ateroescleróticas, la frecuencia de paros cardiacos reduciendo la mortalidad en pacientes don riesgo de enfermedad vascular, mejora el perfil lipídico, leve disminución en la presión arterial, reducción de los triglicéridos, el aumento del colesterol de bueno (HDL), la reducción de la inflamación vascular y la disminución de la agregación plaquetaria, favorecerían dicha disminución en la presión arterial, aunque los mecanismos específicos de este efecto aún no están descritos completamente 3.
Es importante señalar que el tipo y forma de preparación del pescado determina los efectos cardioprotectores de los ácidos ω-3, se observa un efecto de disminución del riesgo a presentar isquemia cardiaca en sujetos mayores a 65 años cuando consumen pescados como atún, jurel, salmón, entre otros ricos en ácidos grasos ω-3 cuando el pescado es consumido asado o al horno, mientras que cuando se consume frito no se observa dicho efecto 3.
Valenzuela B et al., 2014 en su recopilación nos menciona un buen número de investigaciones las cuales justifican el uso y las propiedades de ácidos grasos w-3 con efectos como neuroprotección, cáncer donde estudios demuestran un retraso en el crecimiento y las metástasis de los tumores primarios en ratones, así como demostró un incremento en la eficacia de los agentes quimioterapéuticos.
“El daño por isquemia-reperfusión (IR) es una situación clínica que se presenta en diferentes órganos y tejidos, observándose lesiones por IR en infarto al miocardio, lesión renal aguda, apoplejías, e isquemia por shock sistémico y la administración de ácidos grasos ω-3 como el EPA y el DHA, se describe como una estrategia preacondicionante frente al daño por IR cardíaca y cerebral” 3.
Conclusiones
Algunos autores 6–8 recomiendan el consumo de frutos secos dentro de la dieta buscando los efectos mencionados anteriormente, evitando el consumo de alimentos con alto contenido en grasas saturadas, sin embargo se debe tomar en cuenta la preparación de los alimentos y el adecuado balance de los mismos ya que si bien los frutos secos y los aceites vegetales que provienen de estos son una fuente importante de ácidos grasos como w-3 y w-6, también pertenecen al grupo de grasas por lo que se debe de tomar en cuenta la cantidad de energía que contienen y es deseable ante todo acudir a un profesional en nutrición para elaborar un plan adecuado y dirigido a cada persona en particular.
Bibliografía:
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3. Valenzuela B R, Barrera R C, González-Astorga M, Sanhueza C J, Valenzuela B A. ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3 (EPA Y DHA) Y SU APLICACIÓN EN DIVERSAS SITUACIONES CLÍNICAS. Food Funct. 2014;5(7):1564-1572. doi:10.1039/c3fo60688k
4. Guerra YP. Oxidación de las LDL (lipoproteínas de baja densidad) y su relación con la patogénesis de la aterosclerosis. Rev CENIC Ciencias Biológicas. 2007;38(1):3-11.
5. Montalvo IAG. Los aceites vegetales como alternativa en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Salud(i)Ciencia. 2015;21(2):191-193.
6. López León R, Ureña Solís J. Propiedades antioxidantes de los frutos secos y la disminución del colesterol total y LDL- colesterol. Rev Costarric Salud Pública. 2012;21(2):87-91.
7. Carbajal Azcona Á. Dieta Mediterránea. Modelo de dieta prudente, saludable y sostenible. Man Nutr y Dietética. 2010:1-25. http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/ebs/ebs_246_en.pdf.
8. Urquiaga I, Echeverría G, Dussaillant C, Rigotti A. Origen, componentes y posibles mecanismos de acción de la dieta mediterránea. Rev Med Chil. 2017;145(1):85-95. doi:10.4067/s0034-98872017000100012
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